domingo, 19 de noviembre de 2017

Cheo

Mi abuelo paterno se llama José Luis Viloria Matheus, pero todos lo llamábamos Cheo. Nació el 17 de marzo de 1938 en Maracaibo, estado Zulia. Él era una persona de voz alta y carácter fuerte, pero cada vez que íbamos a visitarlo nos recibía a mi hermana y a mí con pancitos dulces y un racimo de cambures. Mi abuelo era una de las personas más zulianas que conozco: su forma de hablar era muy maracucha, escuchaba gaita durante todo el año y era fan de las Águilas del Zulia y del baseball en general. Gracias a él y a mi papá aprendí a jugar dominó, pero nunca aprendí a poner las fichas en la mesa con la misma fuerza y ruido que él hacía cuando era su turno. Él era de esos típicos abuelos que se despiertan muy temprano y leen la prensa, así que varias veces cuando lo iba a visitar él me tenía guardado recortes de prensa sobre algún concurso fotográfico que ya había pasado, destinos turísticos interesantes o algún evento que se haría en la ciudad que pudiera interesarme. También, cuando mi hermana y yo vivíamos en Cumaná, él nos llamaba cada vez que se enteraba que hubo un temblor en alguna de las otras ciudades de nuestro estado para saber cómo estábamos, pero en los 6 años que estuvimos allá nunca sentimos ninguno.

Mi papá, que amó y admiró mucho a mi abuelo, siempre me dice que llega una etapa en la vida en que puedes retribuirle a tus padres todo lo que hicieron por ti mientras crecías. Por eso hizo que mi abuelo estuviera muy presente en mi vida y en la de mi hermana. Compartimos viajes, cumpleaños, desayunos y almuerzos familiares, diligencias, parrilladas, aniversarios de bodas y días normales.

Aunque mi abuelo y yo no conversamos tanto durante mi niñez y los inicios de mi adolescencia siempre supe que era una gran persona con muchas experiencias interesantes. Pero nuestra cercanía empezó a crecer desde hace casi dos años. Abuelo Cheo tenía desde hace años una prótesis en la rodilla y a finales del año 2015 su prótesis se infectó. Su hemoglobina bajó mucho y la rodilla le incomodaba, así que en enero de 2016 lo hospitalizaron. Desde ese entonces mi abuelo mejoraba, volvía a decaer, lo hospitalizaron varias veces, lo operaron. Siempre estuve pendiente de él en esos momentos pero nunca sentí que fuera algo tan grave porque nunca dejó de ser una persona de voz alta y carácter fuerte a pesar de cómo pudiera estar su salud.

El año pasado le dije a mi papá que mientras él trabajaba en la mañana me dejara en la clínica para acompañar a mi abuelo en una de esas veces que estuvo hospitalizado y que al terminar su trabajo al mediodía me buscara. Ya yo había acompañado varias veces a mi papá a visitarlo y él siempre llevaba su corneta inalámbrica y su iPod con la música que le gustaba a mi abuelo (La orquesta Billo´s, boleros, gaitas, Guaco, Frank Sinatra) porque eso lo animaba, así que cuando fui a visitarlo decidí hacer lo mismo, pero muy humildemente con la música que yo tenía en mi iPod que le pudiera gustar.

Desde hace varios meses yo conversaba más con mi abuelo. Me habló de su vida, de su trabajo con las compañías petroleras, los viajes con la familia y otras cosas, pero ese día que lo visité conversamos mucho más. Él, como siempre, estaba viendo las noticias, así que hablábamos sobre lo que pasaba. Recuerdo que para ese entonces yo estaba leyendo un libro de entrevistas que hizo la periodista Shirley Varnagy en el año 2014, y le comenté sobre las entrevistas interesantes que había leído, e inevitablemente hablábamos sobre la situación del país. Me entristecía darme cuenta lo mal que lo ponía y lo mucho que lo afectaba lo que pasaba Venezuela en todos los sentidos, porque él pudo vivir los mejores años de este país.

Después hubo otra época en la que estuvo en cama por meses, si no me equivoco fueron dos o tres,  también por sus problemas con la prótesis de la rodilla. Estar así lo ponía de mal humor. Como pasó  largo tiempo en cama, veía mucha televisión y escuchaba mucha radio, así que cuando iba a su casa a visitarlo me quedaba con él conversando de todo y solo salía de su cuarto cuando había que almorzar. Recuerdo que veía mucho el canal IVC y escuchaba a César Miguel Rondón por las mañanas. Las veces que hice caminatas fotográficas en el centro de Maracaibo le contaba cómo me fue y a su vez él me contaba sus historias sobre esa parte maravillosa de la ciudad.

Esos dos momentos específicamente los atesoraré por siempre porque me hicieron entrar en sintonía con mi abuelo Cheo, incluso más que en los viajes o en las reuniones familiares y pude reafirmar lo que ya sabía: que era una excelente persona.

La última vez que lo vi fue a finales de junio antes de irme a Ecuador, y ya hoy se cumple un mes de su fallecimiento. No haber estado con mi familia en sus últimos días fue triste para mí porque se que la presencia y el apoyo de mi hermana y mío era importante, pero desde aquí traté de hacer todo lo que estuviera en mis manos para ayudarlo y para apoyar a mi papá y a la familia.

Me alegra que a pesar de todo lo que pasó, mi abuelo no sufrió más de lo que pudo haber sufrido. Me gusta  pensar en la idea de que, como buen zuliano, este 18 de noviembre pasó su mejor día de la Virgen de Chiquinquirá porque estuvo junto a ella. También estoy muy agradecida con Dios por darme el honor de tenerlo como abuelo, a mi papá por haberlo involucrado tanto en mi vida de la mejor manera posible y con todas las personas que le dieron apoyo y estuvieron pendientes de él.

Hoy quiero compartir con ustedes algunas de las últimas fotos que le tomé a mi abuelo el 25 de mayo de este año. Fue un día que acompañé a mi papá a hacerle la hidroterapia de los jueves en la mañana. Aproveché esa ocasión para llevar mi cámara y así, como lo estoy haciendo hoy, recordar la satisfacción que sentí ese lindo día al ver a mis abuelos felices al trabajar su salud en el agua.












Canciones de hoy

Para este post quiero recomendarles música que me gusta y que también escuchaba mi abuelo Cheo. Cuando iba a su casa casi siempre se escuchaba la Billo´s. Desde hace unos años para acá valoro más  su música pero de pequeña no me gustaba para nada. Podría recomendarles algunas canciones pero siento que esa música es más de mi abuelo que mía, no me siento tan identificada con ella como podría sentirse mi papá, por ejemplo. Así que la música que creo que nos identifica tanto a mi abuelo como a mí es la super banda de Venezuela: Guaco. Esta banda que comenzó como un grupo de gaitas y ahora tienen un estilo musical único y característico, lleva más de 50 años de trayectoria haciendo música para tres generaciones (hasta ahora). Yo crecí escuchando Guaco y también tuve esa relación de amor-odio hacia su música, ya que cuando eres pequeño muchas veces sientes rechazo hacia la música de varios de los artistas que tus padres o tus abuelos más escuchan, y mi papá y mi abuelo escuchaban juntos MUCHO a Guaco y hablaban MUCHO sobre Guaco. Empecé a conectarme con la música de esta banda con el álbum Equus del año 2006. Con el tiempo, me han gustado sus trabajos recientes y sus álbumes anteriores. Por Guaco han pasado muchos artistas excelentes y, aunque me hubiese gustado haberlo hecho cuando Ronald Borjas estaba en la banda, quisiera en algún momento tener la oportunidad de verlos en vivo ya que todos los que lo han visto me han dicho que sus presentaciones son de alto nivel.


A comer (Guaco 85, 1985) No les recomiendo oír esta canción si tienen hambre porque la letra menciona muchas comidas venezolanas sabrosas. Esta es una de mis canciones favoritas de Guaco, primero porque honestamente me identifico con ella porque me gusta mucho comer, y segundo porque me parece que es una canción bastante ingeniosa y graciosa. La musicalización es una de sus tantas combinaciones divinas para escuchar de gaita con salsa y las características trompetas de Guaco. Frase favorita: De todos los placeres de la vida, uno de los más importantes es el comer.
Un detalle en falso (Triceratops, 1993) Jorge Luis Chacín hizo muy buenos aportes a Guaco mientras fue miembro de la banda, y uno de esos aportes fue esta bella canción. La letra es lindísima y muy bien pensada, y les recomiendo escuchar la canción original que es interpretada por Gustavo Aguado o la versión que Jorge Luis Chacin hizo con el grupo Caibo que también es bastante buena. Frase favorita: Yo no se como es que piensas que no te amo si es que al verte se me ensancha el corazón.
Si no estás conmigo (Equus, 2006) Esta es indiscutiblemente una de mis 5 canciones favoritas de Guaco desde que tengo como 9 años, incluso fue el ringtone de mi teléfono por un buen tiempo. También la canta Jorge Luis Chacín, empieza como una salsa normal y casi al final de la canción comienza una descarga guaquera, y me encanta que se escuche la clave tan marcada. ¡Por favor escúchenla si no lo han hecho! Frase favorita: Se que no fui lo mejor que ha pasado por tu vida pero al menos reconozco hice el intento.


Muchas gracias por leer este post tan personal y lleno de amor.


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Con cariño, Amanda