sábado, 11 de julio de 2020

Julio Briceño: "La música hay que gozarla y no sufrirla"

Creo que es más que evidente que Los Amigos Invisibles es mi banda venezolana, y probablemente hasta latinoamericana, favorita. En 1991 ellos se juntaron para hacer música, en 1995 lanzaron su primer álbum y en 1998 nací yo, así que Los Amigos Invisibles y yo somos más o menos contemporáneos. Su música, que representa fiestas, gozadera y vacilón en su máxima expresión, los ha llevado a ser la banda venezolana con mayor proyección internacional y a ganar dos Latin Grammys.
Muchas bandas tienen un líder implícita o explícitamente definido. No sé si ese es el caso de Los Amigos Invisibles porque, a lo largo de su trayectoria, todos los integrantes han hecho aportes igual de importantes en la musicalización, composición de canciones y los shows en vivo. Lo que sí está claro en todas las bandas es que el vocalista toma un poco más el spotlight, se puede considerar que el vocalista es la cara de cualquier banda y Julio Briceño “Chulius”, el vocalista de Los Amigos Invisibles, sin duda representa muy bien todo lo que la banda intenta transmitir.
No consigo otra frase aparte de “sabrosas de escuchar” para describir las canciones de Los Amigos Invisibles. Una introducción musicalmente muy llena te prepara para la entrada vocal de Julio, y cuando él empieza a cantar, la gozadera sigue y se intensifica. Su voz transmite picardía, coqueteo, diversión, energía y logra de una manera casi infalible su propósito, que es hacerte bailar. Para eso no se necesita tener una voz majestuosa, sino pura actitud, y a Chulius le sobra.

Collage realizado por @allebasia

El 27 de junio tuve la oportunidad de entrevistar vía Zoom al mismísimo Julio Briceño como parte del cierre de un curso de Periodismo Musical dirigido por William Padrón en el que aprendí un montón y participé junto con cinco talentosos amantes de la música y las letras. Todos nos deleitamos escuchando las anécdotas, ideas y proyectos de Julio. Hablamos de lo que piensa sobre hacer conciertos o publicar canciones gratis, cómo es el proceso de composición de las canciones de la banda, de su mamá y del recientemente fallecido músico Jorge Spiteri, el compositor de su canción Amor.
Nos contó que ya hay 12 temas nuevos que poco a poco irán saliendo como singles, que tal vez se haga un segundo álbum acústico con canciones que quedaron fuera del primer álbum, que se está remasterizando el primer disco de Los Amigos Invisibles por su 25vo aniversario y será publicado en Spotify y que hace tiempo dejó de lado el ego y busca nutrirse de otros compositores para no sonar siempre igual. Eso lo ha llevado a componer con artistas como Álvaro Paiva, Silverio Lossada, Servando Primera y Luis Jiménez. Además, dijo que en las bandas no todas las ideas gustan a todos, pero si le gustan a la mayoría entonces se saca adelante. La única a la que se rehusó participar fue a cantar en la canción El Barro, un tema que me hace reír mucho y que estaba a punto de defender a capa y espada, pero hay que saber elegir las batallas.
Cada participante del curso pudo hacerle dos preguntas, y la primera que le hice fue sobre su carrera como solista en paralelo a la banda. Ya ha lanzado dos álbumes como Chulius & the Filarmónicos, así que quise saber cuáles fueron sus influencias musicales en ellos y que si ya tiene pensado hacer otro álbum solista o ya está trabajando en él.
Contestó que sus influencias musicales son muy variadas, incluso algunas salen del género o estilo de Los Amigos Invisibles, pero que también lo inspiró ver que sus compañeros de banda ya grababan sus canciones y las de otros artistas, así que eso lo inspiró a querer hacer lo mismo en su casa. Se compró una “maquinita” con la que podía secuenciar y samplear y aprendió a usar el programa Pro Tools. Esto dio pie a que él mismo empezara a producir Mf Radio (2007), el primer álbum de Chulius & the Filarmónicos, mientras que para el segundo álbum, Shorts & Sandals (2013), la producción estuvo a cargo de Enrique González Müller.
Las canciones que compuso para sus álbumes solistas eran aquellas que sabía que no entraban en el estilo de Los Amigos Invisibles ya que, después de casi 30 años, Julio conoce bastante bien qué le gusta escuchar al público de la banda. Él siente que el arte se está volviendo cada vez más desechable, y en lo que respecta a la música, más aún. Esto lo ha alejado un poco de la idea de seguir produciendo álbumes solistas. Además, cuando estuvo produciendo esos álbumes la banda aún tenía a Cheo, Armandito y Maurimix, quienes contribuían muchísimo con canciones para Los Amigos Invisibles, así que eso le daba la oportunidad de crear temas aparte, pero luego de sus salidas de la banda la responsabilidad de componer ha caído más fuertemente sobre los hombros de los integrantes que aún permanecen.
La clave de Los Amigos Invisibles para lanzar una canción, más que pensar en si va a ser un éxito o no, es que desde que están grabándola en el estudio la puedan visualizar siendo interpretada en vivo. Mencionó que un ejemplo de esto fue su tema de 2019, Tócamela.
La segunda pregunta que le hice fue sobre Los Amigos Invisibles en concierto. No sé si otras bandas hagan lo mismo pero me he fijado, tanto en sus álbumes en vivo como cuando los vi en el festival Wanka Beats en Guayaquil, que entre sus canciones ellos tocan algunos segundos de partes instrumentales de canciones reconocidas como, por ejemplo, Back in Black de AC/DC, Bohemian Rhapsody de Queen o Smells like teen spirit de Nirvana. Para esta pregunta preferí que ustedes escuchen la respuesta directamente de él, así que aquí les comparto el video.


Espero que les haya gustado el post de hoy, y con esta entrevista cierro el ciclo de posts del curso de periodismo musical, que me hizo investigar mucho, aprender y a hablar con músicos que admiro.
En mi Spotify (Amanda Viloria) les dejé un playlist llamado Chulius Grooves en donde les comparto mis canciones favoritas de Julio Briceño, bien sea con Los Amigos Invisibles o con Chulius & the Filarmónicos. No olviden seguir también el Instagram del blog: @escuchaaestoo
Gracias por leer y hasta el próximo post. Amanda.

sábado, 4 de julio de 2020

Les Petit Bâtards: la buena música nunca muere


Ya han pasado 3 años desde que me mudé de Venezuela a Ecuador. Ambos países no son tan distantes entre sí, pero son muy diferentes. He aprendido mucho sobre las costumbres de su gente, la comida, su biodiversidad y también, su música. Aunque aún me falta muchísimo más por conocer sobre todo lo que mencioné.
Estando en Venezuela no tenía idea de qué artistas ecuatorianos eran famosos, más allá de Julio Jaramillo, pero de a poco he ido escuchando bandas y cantantes de aquí, principalmente gracias a mi novio.
He escuchado artistas muy talentosos, no obstante, todos tenían un “pero” para mí. Todo esto desde un punto de vista totalmente personal. Sin embargo, la única banda que nunca causó un “pero” en mí y, mientras más descubría de su música, mejor me parecían, fue Les Petit Batards.

Collage realizado por @allebasia

Daniel Sorzano, Tomás Villafuerte, Estevan Martín y Luis Guardenas, un grupo de adolescentes de Quito, se reunían después de sus clases en el colegio a ensayar para su banda de covers. Las ganas de empezar a crear música propia y diferente a lo mainstream nació en ellos, y eso dio inicio a Les Petit Bâtards, cuyo nombre proviene de la versión en francés del apodo que les daba el padrastro de un amigo de los chicos: Los bastarditos.
Desde 2015, cuando lanzaron su primer EP, hasta 2017, cuando anunciaron su separación, Les Petit Bâtards se encargó de darle un nuevo aire a la movida musical independiente ecuatoriana, haciendo canciones de rock alternativo e indie o, como ellos lo llamaban, “pop cósmico”. Su música fue influenciada por bandas también ecuatorianas como La Máquina Camaleón y Da Pawn, así como por bandas y cantantes internacionales como Arctic Monkeys, Queens of the Stone Age, The Strokes, Luis Alberto Spinetta y Gustavo Cerati.
Como en la mayoría de las bandas, su line-up cambió con el tiempo. Luis Guarderas, el primer baterista, fue reemplazado por José Miguel Fabre y posteriormente por Martín Flies; y el guitarrista Mateo Castillo tomó el lugar de Estevan Martín. Por lo tanto, los integrantes que estuvieron hasta el final de la banda fueron Sorzano como vocalista, Villafuerte en el bajo, Castillo en la guitarra y los sintetizadores y Flies en la batería.
Cuando tenían entre 17 y 19 años, luego de lanzar su EP Inconcluso, el tema Ficción les empezó a dar el reconocimiento al que aspiraban, y desde entonces su popularidad en el público ecuatoriano creció como la espuma, llevándolos a participar en festivales como El Carpazo, Saca el Diablo, Ruidos al Sur, Quitofest y La Fiesta de la música de la Alianza Francesa, en donde participaron artistas como Los Cafres, Café Tacuba, Swing Original Monks, Tripulación de Osos, Da Pawn, entre otros.
Les Petit Bâtards siempre fue una banda independiente, y eso les dio la libertad plena para hacer la música que querían, sin directrices que acatar. Un nuevo y prometedor álbum venía en camino, pero los proyectos personales y profesionales de los integrantes de la banda imposibilitaron que esta permaneciera. Sin embargo, de este álbum que nunca salió, se desprendió el tema Señales. Esta fue la primera canción que escuché de la banda e inmediatamente me enganchó porque es toda una experiencia. Te da energía, te relaja, se pone medio romántica, y seguramente luego de oírla unas tres veces ya te aprendes la letra. Y si todo el nuevo álbum iba a ser como Señales, seguro iba a ser un éxito
Pero la música que muere es aquella que se olvida, y en 2019 quedó en evidencia que Les Petit Bâtards sigue sonando en la mente de las personas que no se conforman solo con la música del momento. La banda se reunió por última vez para participar en el festival Funka Fest en Guayaquil, donde miles de personas corearon sus canciones y se dejaron llevar por el pop cósmico que los muchachos ofrecieron en su último concierto, donde compartieron escenario con Fito Páez, Miami Horror, Alex Eugenio, Los Walters, entre otros.
El sonido maduro de esta banda de jóvenes merece ser escuchado por más personas alrededor del mundo, ya que en sus pocos años de duración ofrecieron canciones perfectas para road trips, tomar cervezas con tus amigos y pasarla bien. Y luego de una larga espera, por fin pueden encontrarse en todas las plataformas de música las canciones de esta banda ecuatoriana que nos dejó con ganas de más, así que si quieren empezar a adentrarse en la música de Les Petit Bâtards les recomiendo escuchar Señales (específicamente el video de Epicentro Arte que está en Youtube), Vals del tiempo perdido y La estación.


Espero que les haya gustado el post de hoy, que es parte de las tareas que hice por mi curso de periodismo musical.
Pueden conseguir las canciones que mencioné y todas las canciones de la banda en Spotify. Y en mi Spotify (Amanda Viloria) pueden conseguir todos los playlists que he hecho sobre los posts anteriores.
Recuerden también seguir en Instagram a @escuchaaestoo
Gracias por leer y hasta el próximo post. Amanda.