El 11 de febrero empecé a hacer un taller de retrato fotográfico con el profesor Ramón de Pool (@rrdepool) de Talleres Pixel en Maracaibo, y el sábado 4 de marzo tuvimos una práctica en el centro de la ciudad. Hicimos un recorrido en busca de personas a quienes fotografiar que inició en la Plaza Baralt, luego pasamos todo el Callejón de los Pobres (Parte típica donde se concentran gran cantidad de buhoneros que venden todo tipo de mercancía a buenos precios y donde regatear es parte del recorrido), llegamos al centro comercial San Felipe y nos devolvimos por el mismo camino.
Este paseo fotográfico ya lo había hecho en septiembre del 2016, también con Talleres Pixel, y escribí un post sobre ese día (
Pueden ver el post aquí). Esa vez tomé fotos urbanas, de arquitectura y retratos, que en su mayoría fueron espontáneos. En esta ocasión, como el taller en el que estábamos era de retrato, la caminata fue una búsqueda de un objetivo más puntual, así que nos enfocamos en lo que estábamos estudiando. Personalmente, yo quise obtener algo más que solo retratos, quería conocer un poco más acerca de las personas a quienes estaba fotografiando.
Aunque me considero una persona extrovertida no todo el tiempo me nace con facilidad iniciar un tema de conversación con personas que no conozco. Incluso, ir a un sitio en donde se que habrá mucha gente desconocida para mí a veces me da un poco de ansiedad, así que quise retarme a mí misma en esta ocasión porque sabía que cualquier emoción que lograra captar en las personas a las que fotografiara iba a depender de la conexión que yo lograra establecer con ellos.
Estoy muy satisfecha con los retratos obtenidos y con la maravillosa experiencia que viví al fotografiar y conocer a la gente trabajadora del centro de mi ciudad. Fue gratificante para mí conversar un rato con todas estas personas, reír con ellos, darles la mano, reencontrarme con gente que ya había fotografiado en septiembre y mostrarles sus fotos de aquella vez y, sobre todo, sentir tanta espontaneidad y sinceridad en medio de un mundo en el que todos quieren seguir a los prototipos.
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Al comenzar el recorrido, mientras la mayoría de las personas del grupo estaban fotografiando a un señor en un kiosko decidí acercarme a Javier Bracho. Fue la primera persona que fotografié. Trabaja de lunes a sábado en la Plaza Baralt vendiendo libros usados. Tiene libros que compra a diferentes proveedores y otros son donados. Me comentó que también había libros que eran suyos que estaban a la venta y que los que más le gustaba leer eran los de autoayuda y motivación. |
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Al lado del puesto de Javier estaba la señora Marlene. Aunque estaba atareada acomodando su mercancía la interrumpí un momento para conversar y luego convencerla un poquito para fotografiarla. Me comentó que la dueña del puesto en el que está ubicada tiene 20 años trabajando allí y ella tiene 12. Pronto se mudarían a otro puesto ahí mismo en la Plaza Baralt a seguir vendiendo vestidos y algo de ropa para caballeros. |
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Él es Antonio. Fue una de las personas más fotografiadas por todo el grupo, pero a pesar de tener a más de 7 personas tomándole fotos simultáneamente igual se mostró confiado y jovial ante las cámaras. Antonio comenzó trabajando con su mamá a los 8 años y desde hace varios años vende jugo de naranja en la Plaza Baralt. Nuestro profesor nos comentó que siempre lo encontraríamos leyendo el periódico. |
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Al lado del señor Antonio estaba sentado un señor que, si mal no recuerdo, estaba encargado de una venta de agua de coco. Una compañera del grupo y yo nos sentamos a conversar con él antes de fotografiarlo y al preguntarle su nombre nos dijo que no nos burláramos de su apellido. Él es el señor Rafael Angulo, y para mí fue la persona con las historias más interesantes. Rafito, como lo llaman, formó parte de la Marina desde el año 1959 hasta 1963, llegando hasta el cargo de coronel. Durante esta época también trabajó como señalador y radio operador. Mientras seguíamos platicando me comentó que en el tiempo que ha estado trabajando en la Plaza Baralt en algún momento le limpió los zapatos al cantante y actor mexicano Pedro Infante, y luego me dijo entre risas que cuando era joven era un patinador de los que se robaba la leche de las casas de la gente, tal como dice la gaita de Los Patinadores, hasta que estuvo a punto de ser atropellado por un automóvil y dejó de hacerlo. |
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Cuando entramos al Callejón de los Pobres conocí a Ángel. Él tiene 12 años y desde enero de este año ha estado ayudando a su mamá a vender en el puesto de ropa para damas en el que estaba. |
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Ella es la señora Mireya Serrano. Mientras estaba ordenando la ropa que iba a vender durante el día nos dijo que tiene ya tiene 18 años en el callejón, pero que antes de estar ahí trabajó en la antigua tienda Fin De Siglo durante 13 años. |
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La Chiqui es todo un personaje. Es una mujer muy simpática, extrovertida y con mucha presencia a pesar de su baja estatura. El puesto en donde ella vendía estaba bastante lejos de donde la conseguí, pero puso como excusa que hay que promover la mercancía moviéndose por todas partes. Su voz se escuchaba en todo el perímetro mientras bromeaba con todos nosotros y con los otros vendedores. Al ver la foto que le tomé se contentó mucho y me dijo que la quería para mostrársela a sus nietos que viven en Panamá. Sin duda, esa petición será cumplida. |
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Una de las cosas que más me gusta de la fotografía es que cada imagen que hago me ayuda a recordar fácilmente momentos, rostros, lugares y detalles, y apenas vi al señor Pacho lo reconocí de inmediato. Él fue una de las personas que fotografié en septiembre y cuando le mostré la foto que le había tomado se rió mucho ya que se notaba que aquella vez estaba echando broma porque salió sacando la lengua como hacen los jóvenes en las fotos, en cambio ahora, como pueden ver, estaba más serio. |
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Esta no es de mis mejores fotos pero sentí que igual tenía que ponerla porque le tomé mucho aprecio a esta señora. Creo que tener el mismo nombre influyó en eso. Amanda Olivieri tiene 53 años y ya lleva 28 años trabajando en el centro. Se casó a los 23 años y tiene dos hijos, los cuales uno ya se graduó como abogado y la otra está por graduarse como psicóloga. Me comentó que estudió educación preescolar, pero aunque eso es lo que le gusta sintió que trabajar con eso no era suficiente para mantenerse, así que al terminar la carrera empezó a vender en el centro que, aunque cada vez se hace más difícil por la situación económica del país, le ha resultado bastante bien. Amanda fue una de las personas más simpáticas que conocí. |
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Vimos a la señora María Gutiérrez sentada y nos acercamos como tres personas junto con el profesor a saludarla y conversar con ella. No recuerdo cuántos años nos dijo que tenía trabajando en el centro vendiendo diferentes cosas (en esta ocasión estaba vendiendo medias), pero estoy segura que eran más de 30. Mientras estábamos con ella, el profesor del taller se había recién comprado un café y la señora María estaba siendo tentada por el olor. El profesor al darse cuenta de ésto se lo regaló. Ella estaba muy feliz tomándoselo y al preguntarle si estaba bueno nos respondió: "Claro que sí, y cuando es brindado, más". |
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Después de interactuar con tante gente alegre, encontrar al señor Édgar Guerrero fue algo muy diferente pero que también hace falta ver para conocer otra realidad en la que nos encontramos. Cuando nos acercamos a él con intención de tomarle fotos lo primero que nos dijo fue que quería denunciar algo, y mientras nos contaba nosotros lo fotografiábamos. El señor Édgar se quejaba de que hacía mucho tiempo que el gobierno no les había depositado su pensión, y nos mostró diferentes artículos de la ley que se evidenciaba que no se estaban cumpliendo por eso. Cuando terminó de hablar le dijo a nuestro profesor que de todos modos ya no había nada que él pudiera hacer, y él, alentándolo, le dijo que lo que podía hacer era seguir con lo que estaba haciendo: contando su problema a todos los que pasaran por ahí. |
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Ya cuando entramos a la parte del centro comercial San Felipe, al ver al grupo de fotógrafos, este señor se me acercó y me advirtió que tuviera cuidado con mi cámara porque ahí robaban mucho. Aunque me estaba aconsejando que tuviera precaución sentí carisma en su voz y aproveché este acercamiento para conocerlo. David Osorio trabaja vendiendo ropa para niños y me comentaba que aunque "la vaina está jodía" estaba algo esperanzado porque había leído que Donald Trump iba a aplicar medidas que aparentemente iban a beneficiar a Venezuela. Yo no estaba muy convencida de esto y le pregunté que si estaba seguro, y me dijo que sí mientras me mostraba los titulares del periódico. Me di cuenta que el grupo se estaba yendo y cuando me despedí me preguntó que si no le iba a tomar una foto. Después de tomársela se la mostré y me dijo que me quería mucho. |
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Él es el señor Luis y no trabaja en un local sino que camina por todo el callejón con su mercancía. El ser vendedor ambulante hizo que se me limitara un poco el tiempo para hablar con él, pero sin duda no olvidaré su actitud ante nuestras cámaras mientras decía con mucha seguridad: "Aquí estoy yo". |
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Cuando ya estábamos por salir del callejón me encontré con otro personaje. Ella se llama Yaritza y luego de que empecé a tomarle fotos fue que recordé que a ella también la había fotografiado en septiembre. Yaritza tiene 18 años trabajando en el centro y es una mujer muy graciosa y desenvuelta. Esta vez creo que solo yo me detuve a fotografiarla e hizo como 10 poses diferentes en menos de 5 minutos, incluyendo esta a la cual llamó "La Bembita". Ésto me aseguró que no ha cambiado en nada. La primera vez que la fotografié junto con 50 personas más, también se portó como toda una modelo al vernos y hasta bailó para nosotros. |
Canciones de hoy
Hoy les voy a recomendar tres de mis canciones favoritas de un artista cuya música es, indudablemente, música de calidad. Stevie Wonder es cantante y compositor de diferentes géneros musicales como soul, R&B, funk y otros, y es considerado como una de las figuras musicales más creativas del siglo XX. Es ciego de nacimiento, pero ésto nunca limitó sus capacidades musicales, ya que toca diferentes instrumentos como la armónica, el piano, el teclado, el bajo, las congas y la batería desde muy corta edad. Y lo mejor es que este artista de Michigan, Estados Unidos, además de la preparación y la categoría musical que tiene, también cuenta con una voz única que lo ha hecho acertar en cada género musical en el que ha incursionado durante sus más de 50 años de actividad musical.
La música de Stevie Wonder ha sido muy importante en mi vida ya que he estado oyendo sus canciones desde que era niña gracias a las personas que más han influenciado mis gustos musicales: mis padres. Su álbum Songs In The Key Of Life es parte del soundtrack de mi infancia, pero mientras he ido creciendo sigo sintiendo cariño por su música, lo que me ha hecho buscar más de sus canciones además de las que ya conocía gracias a mi papá y mi mamá, y hoy voy a compartir algunas de ellas con ustedes.
Don't You Worry 'Bout A Thing (Innervisions, 1973) Éste fue un descubrimiento musical relativamente reciente para mí y sentí amor a primera vista por esta canción. El estilo de Don't you worry 'bout a thing es de soul pero con una tendencia latina que se puede escuchar en la melodía que lleva el piano. La canción hace referencia sobre Stevie hablando con una chica a la cual le da su apoyo y le dice que no se preocupe por nada sin importar a lo que se tenga que enfrentar porque él estará ahí. Frase favorita: You're the only one to see the changes you take yourself through
He's Misstra Know It All (Innervisions, 1973) En esta canción, Stevie Wonder proporciona casi por completo toda la instrumentación ya que además de cantar (tanto la voz principal como los coros) también tocaba el piano, la percusión y el sintetizador, mientras que Willie Weeks se encargó del bajo. Se ha alegado que esta canción hace referencia al ex presidente de Estados Unidos, Richard Nixon. Frase favorita: Take my word, please beware of man that just don't give a care
Sir Duke (Songs In The Key Of Life, 1976) Amo la melodía alegre de esta canción que fue escrita como un homenaje al pianista de jazz Duke Ellington y otros exponentes de la música. Su letra es muy agradable porque habla sobre la música y el poder que tiene para hacernos sentir bien. Además les tengo un dato curioso (o al menos para mí lo fue), y es que el guitarrista principal de esta canción es Mike Sembello, el mismo intérprete del éxito de los 80's, Maniac. Frase favorita: Music is a world within itself with a language we all understand. With an equal opportunity for all to sing, dance and clap their hands.
Espero que les haya gustado este post y que estén pendientes para los próximos.
Pueden seguirme en Instagram como @Amandaviloriaf y @Amandaviloriafotografia
Besos y abrazos, Amanda.
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