Es fascinante cómo la música puede definir la manera en que te peinas, te vistes, bailas, las actividades que en el momento son más relevantes según lo que escuchas y un sinfín de elementos culturales y sociales que van más allá de la melodía misma. Esto sucede con la música disco, que más que solo un género, fue un movimiento determinante de la década de los ’70.
La música orquestal que fue volviéndose más electrónica, el auge de las discotecas, el DJ como un nuevo mesías de la vida nocturna, el empoderamiento femenino, de la comunidad LGBT, la afrodescendiente y la latina son apenas algunos de los elementos que representan el legado de una época.
A finales de los años ’60, Estados Unidos lidiaba con la Guerra de Vietnam, el asesinato de Martin Luther King, redadas policiales en clubes LGTB y una fuerte recesión económica. La gente estaba al borde de la locura, más aun las minorías, y necesitaban un lugar para olvidarse del caos a su alrededor y ser felices. La llegada de la música disco en los ’70 vino para darles esa libertad a ellos y a cualquier otra persona que quisiera dejarse llevar por el ritmo y las luces de las discotecas.
Collage realizado por @allebasia
La música disco nació en las grandes ciudades de la costa este de Estados Unidos como Filadelfia y Nueva York, recibiendo influencias del R&B, funk, soul, pop, música sinfónica y hasta de la salsa. Algunos de los principales precursores norteamericanos del género fueron Barry White, Gloria Gaynor, Chic y Earth, Wind & Fire.
Pero a pesar de que los orígenes del disco son estadounidenses, apenas el género llegó a Europa tuvo representantes igual de importantes que los norteamericanos. Entre los más grandes están ABBA, Bee Gees, Donna Summer, y el productor musical Giorgio Moroder. La música europea se distinguía en cierta forma de la estadounidense porque las influencias del disco de allá venían más de su música negra y el soul, sin embargo, aunque los europeos también tomaron esa influencia ya que esa es la base la música disco, en Europa se trató de una manera más internacional, sin nacionalismos. La mayoría de sus artistas interpretaban las canciones en inglés independientemente de su país de origen, y fueron los productores europeos quienes dieron el paso de lo orquestal e instrumental a lo electrónico en la música disco.
Latinoamérica no quedó por fuera de este movimiento y contó con sus propios exponentes como José Luis Rodríguez “El Puma”, el DJ mexicano José Luis Cortés “El Maromero” y hasta el mismísimo Juan Gabriel.
Muchos artistas adoptaron este movimiento desde sus inicios, pero algunos otros fueron inducidos por sus discográficas a incursionar en el género del momento, o simplemente no pudieron evitar dar guiños propios de él en sus canciones de aquella época, sin dejar de lado su sonido original. Entre ellos estuvieron Kiss con I was made for loving you, Michael Jackson con Don’t Stop ’til You Get Enough, Wings con Silly love song, e incluso hay influencia disco en Another Brick in the Wall, Pt. 2 de Pink Floyd.
Pero sin duda, el hito más importante de la música disco fue la película Fiebre de Sábado por la Noche (1977). Esta película protagonizada por John Travolta representaba en su máximo esplendor la vida de un joven que giraba en torno al movimiento disco, ya que se sentía totalmente libre y desconectado de su realidad en la pista de baile. Además, el soundtrack de la película es la mejor representación de la música disco. Fue uno de los álbumes más vendidos de la historia y llevó a los Bee Gees al número 1 de las listas musicales con sus sencillos Stayin’ alive, You Should Be Dancing, Night Fever, More than a Woman y Jive Talkin’.
Pero tener música disco sonando en todos lados, hasta en los comerciales y jingles de programas de televisión, hizo que muchas personas se saturaran del género y de todo el movimiento cultural, dando lugar a su muerte el 12 de julio de 1979 durante la Disco Demolition. Ese día, el DJ y presentador de radio Steve Dahl había empezado una campaña radiofónica contra la música disco, y logró convocar a sus oyentes y seguidores, en su mayoría hombres blancos, al estadio de béisbol de Comiskey Park en Chicago para una quema multitudinaria de vinilos de música disco, cuya consigna fue “Disco sucks”. Como todo evento detractor de alguna causa, terminó siendo un caos y la policía antidisturbios tuvo que acudir.
Otra de las posibles razones que conllevó al gran rechazo de la música disco fueron sus raíces: era un movimiento surgido del empoderamiento de los afroamericanos, la música se escuchaba en clubs gays y underground, muchos latinos también participaban en el movimiento y la mayoría de sus canciones eran cantadas por mujeres. Esto representaba una ruptura en la zona de confort de los hombres blancos, heterosexuales, conservadores y, sobre todo, totalitaristas.
Sin embargo, esta muerte fue netamente simbólica, ya que la esencia de la música disco se transformó. En los ’70 destacaban los arreglos de cuerdas y de trompetas, pero a principios de los ’80, hacer grabaciones con tantos instrumentistas estaba tornándose muy costoso, entonces, se empezó a experimentar más con secuenciadores, cajas de ritmos y sintetizadores.
Esta transición no hizo que la música disco tal como era se detuviera después de los ’70s, ya que en los ’80s surgieron grandes éxitos como Funkytown de Lipps Inc., Celebration de Kool & The Gang y I’m so excited de The Pointer Sisters.
La música disco sirvió como base para la creación de nuevos géneros musicales como el house, techno, acid Jazz, groove y electro funk. Desde los años ’90 hasta la actualidad muchos artistas han tenido evidentes influencias disco en sus canciones pero ahora fusionados con géneros que cobraron más auge posteriormente, como el hip hop, el pop y el funk. Entre ellos encontramos a Madonna (Hung Up), Bruno Mars (Treasure), Daft Punk (Get Lucky, Feel Good) y Los Amigos Invisibles (Viviré para ti, Yo no sé).
La música disco marcó una década y trascendió en todas las que siguieron. En unas con más intensidad que en otras. Así como el rock y el hip hop, el movimiento disco es el resultado de fuertes hechos históricos y de la búsqueda de un escape al caos social del momento, pero de una manera más estilizada. Asimismo, toda moda vuelve. Al día de hoy, los pantalones acampanados, las botas y el brillo están retomando protagonismo en la forma de vestir.
Actualmente, los himnos de las discotecas son totalmente diferentes a los de los años ’70, sin embargo ese espíritu de libertad sigue en nosotros.
Espero que les haya gustado el post de hoy, que también es parte de las tareas del curso de periodismo musical en el que estuve.
Voy a hacer dos playlists para este post que encontrarán en mi Spotify (Amanda Viloria). Uno de la construcción de la música disco y otro de la reinvención. Estén pendientes del Instagram del blog (@escuchaaestoo), que ahí voy a anunciar cuando ya estén listos.
Gracias por leer y hasta el próximo post. Amanda.
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